Al igual que Virgil, la joven despampanante personaje misterioso de la novela "El psicoanalista" de Katzenbach, yo me pregunto: ¿Qué hubiera sido si Dante, a las puertas del infierno cuando leyó las tremendas palabras: "Abandonad toda esperanza los que aquí entráis" se hubiera dado media vuelta para largarse de allí? No tendríamos Divina Comedia...
Lo mismo pasa en nuestra vida. Hay que ser héroes de epopeyas y no darnos la vuelta a la primera dificultad.
Crónicas urbanas, enfrentamientos socio-culturales y publicación de mis más nuevas creaciones literarias.
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martes, 8 de marzo de 2011
Fastidiar: Dícese de...
FASTIDIAR:
- tr. Molestar o disgustar: le fastidia la falta de puntualidad.
- col. Ocasionar daño: acabas de fastidiar la moto.
- prnl. Aguantarse, sufrir algo con resignación: no consiguió entradas y tuvo que fastidiarse. ? Se conj. como cambiar.
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Al andar se hace camino. Y se hace camino al andar.
A mis dos lectores:
La licuadora es la herramienta necesaria y indispensable para mezclar varias cosas y convertirlas en una sola con sólo apretar un botón y elegir la velocidad.
Este espacio cibernético será justo eso: un lugar donde se podrán insertar, añadir, "postear", pegar, compartir y mezlcar aquellas crónicas urbanas que van conformando día a día la vida de este caminante común, osea, yo.
Que mis andanzas o mis experiencias no tengan mucho o nada de especial, es cosa segura. Sin embargo, hay ocasiones en los que ponerlas por escrito ayudan a uno a salir de sí mismo, conectarse con los demás y descargar las cosas que trae dentro.
En este espacio publicaré también esos escritos -cuentos cortos y relatos- que han ido naciendo en los últimos años, y que por falta de tiempo y de un lugar-físico apropiado se han ido quedando en el disco duro de la computadora, o en las hojas blancas de mi carpeta de argollas.
Gracias, mis dos queridos lectores. Ojalá a ustedes se sumen aunque sea otros tres. Y así, si son cinco, ya puedo sentirme leído.
Rodrigo Santana
La licuadora es la herramienta necesaria y indispensable para mezclar varias cosas y convertirlas en una sola con sólo apretar un botón y elegir la velocidad.
Este espacio cibernético será justo eso: un lugar donde se podrán insertar, añadir, "postear", pegar, compartir y mezlcar aquellas crónicas urbanas que van conformando día a día la vida de este caminante común, osea, yo.
Que mis andanzas o mis experiencias no tengan mucho o nada de especial, es cosa segura. Sin embargo, hay ocasiones en los que ponerlas por escrito ayudan a uno a salir de sí mismo, conectarse con los demás y descargar las cosas que trae dentro.
En este espacio publicaré también esos escritos -cuentos cortos y relatos- que han ido naciendo en los últimos años, y que por falta de tiempo y de un lugar-físico apropiado se han ido quedando en el disco duro de la computadora, o en las hojas blancas de mi carpeta de argollas.
Gracias, mis dos queridos lectores. Ojalá a ustedes se sumen aunque sea otros tres. Y así, si son cinco, ya puedo sentirme leído.
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