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martes, 8 de marzo de 2011

¿Qué habría sucedido sí...?

Al igual que Virgil, la joven despampanante personaje misterioso de la novela "El psicoanalista" de Katzenbach, yo me pregunto: ¿Qué hubiera sido si Dante, a las puertas del infierno cuando leyó las tremendas palabras: "Abandonad toda esperanza los que aquí entráis" se hubiera dado media vuelta para largarse de allí? No tendríamos Divina Comedia...
Lo mismo pasa en nuestra vida. Hay que ser héroes de epopeyas y no darnos la vuelta a la primera dificultad.

Fastidiar: Dícese de...

FASTIDIAR:
  1. tr. Molestar o disgustar: le fastidia la falta de puntualidad.
     
  2. col. Ocasionar daño: acabas de fastidiar la moto.
     
  3. prnl. Aguantarse, sufrir algo con resignación: no consiguió entradas y tuvo que fastidiarse. ? Se conj. como cambiar.

    *****
Eso, justo eso es lo que puede lograr una obra pública, que aunque sea necesaria, es molesta. El paso a desnivel que se está construyendo en la intersección de las avenidas Ávila Camacho y Circunvalación es ya un fastidio para los que, a cualquier hora del día, necesitamos transitar por esa zona. Las rutas alternas son una burla y un sin sentido. Y la dizque ayuda que tratar de dar los agentes viales es simplemente nula. ¿Seis, ocho meses durará este relajo? Lo que más pena me da es ver que todavía a estas alturas del partido hay vecinos inconformes que siguen acampando en pleno camellón, que aunque las máquinas estén literalmente partiéndoles el suelo, ellos siguen allí en pie de lucha.

Al andar se hace camino. Y se hace camino al andar.

A mis dos lectores:

La licuadora es la herramienta necesaria y indispensable para mezclar varias cosas y convertirlas en una sola con sólo apretar un botón y elegir la velocidad.
Este espacio cibernético será justo eso: un lugar donde se podrán insertar, añadir, "postear", pegar, compartir y mezlcar aquellas crónicas urbanas que van conformando día a día la vida de este caminante común, osea, yo.
Que mis andanzas o mis experiencias no tengan mucho o nada de especial, es cosa segura. Sin embargo, hay ocasiones en los que ponerlas por escrito ayudan a uno a salir de sí mismo, conectarse con los demás y descargar las cosas que trae dentro.

En este espacio publicaré también esos escritos -cuentos cortos y relatos- que han ido naciendo en los últimos años, y que por falta de tiempo y de un lugar-físico apropiado se han ido quedando en el disco duro de la computadora, o en las hojas blancas de mi carpeta de argollas.

Gracias, mis dos queridos lectores. Ojalá a ustedes se sumen aunque sea otros tres. Y así, si son cinco, ya puedo sentirme leído.

Rodrigo Santana